• La mayor parte de los problemas que llegan a un fisioterapeuta y la mayor parte de las cosas que te duelen en el cuerpo vienen acompañados con la inflamación.

Inflamación.

Qué es y sus características:

  • Es una respuesta defensiva (local) ante una agresión física, química o microbiológica.
  • Se caracteriza por:
    • Tumefacción (hinchazón).
    • Rubor (coloración roja).
    • Calor.
    • Dolor.
    • Pérdida o disminución de la función.

¿Qué sucede en la inflamación?

  • En primer lugar hay un traumatismo o microtraumatismo, es decir un golpe o una agresión sobre el  cuerpo. Y esto provoca una liberación de mediadores químicos que son unas sustancias que producen un efecto vascular, con resultado de edema o hinchazón, y una llamada a otras células que serán las encargadas de defender y eliminar los agentes externos que se hayan podido introducir en el cuerpo. A estas células se le llaman linfocitos y macrófagos.
  • Cuando todo esto ha acabado, el organismo tiene un proceso de autorregulación disminuyendo y anulando la inflamación, para comenzar con el proceso de reparación de los tejidos (fibroblastos) y los vasos sanguíneos y así poder irrigar estos tejidos.

¿Qué hacer ante la inflamación?

  • Es un proceso necesario y no se debería suprimir así como así. Debemos evaluar qué está provocando esta inflamación y regularla si así se considera.
  • No todos reaccionamos de la misma forma ante una lesión o traumatismo. Habrá quién tenga mucha reacción y habrá quien tenga poca. En particular, para aquellas personas que tengan poca respuesta inflamatoria, no se debería impedir este proceso natural del cuerpo, pues también está impidiendo el proceso de regeneración de los tejidos que se produce durante la inflamación. Si hubiera mucho dolor y mucho calor en la zona podría ser conveniente paliar los síntomas (dolor y calor) con algún antiinflamatorio, pero con medida.
  • Es importante evaluar la causa de dicha inflamación y tratarla. En caso de un golpe fortuito es obvio que no se volverá a producir, pero hay otro tipo de “golpes” repetitivos que le damos a nuestro cuerpo (posiciones, posturas, movimientos y estiramientos incorrectos) los cuales provocan esta respuesta inflamatoria de forma puntual o crónica. Es en estos últimos es dónde hay que intervenir  reeducando o tratando para evitar la “temida” inflamación.

 “La inflamación no es una enfermedad, sino una respuesta inespecífica que produce un efecto saludable en el organismo en que tiene lugar”.

(Hunter, 1793)

Causas y factores desencadenantes de la inflamación.

  • Traumatismos:
    • Golpes, torceduras, distensiones musculares, rotura de fibras, etc.
  • Microtraumatismos:
    • Gestos repetitivos y/o forzados.
  • Estrés sostenido de los tejidos:
    • Alteraciones posturales que llevan a las articulaciones, ligamentos y tendones a funcionar de manera incorrecta y por ello provocando microlesiones en los tejidos con la consiguiente inflamación (tendinitis, bursitis, periostitis). En estos casos el antiinflamatorio nos solucionará el dolor pero NO la causa que lo está provocando y por ello volverá una y otra vez a producirse.
  • Intoxicaciones metabólicas:
    • Gota, hepatitis, …
  • Enfermedades autoinmunes:
    • Artritis reumatoide, fibromialgia, Polimialgia reumática, etc. En estos casos SÍ son convenientes y necesarios los antiinflamatorios pues se desconocen las causas que provocan dichas inflamaciones.
  • Facilitación espinal segmentaria:
    • Los nervios situados en la columna vertebral llegan hasta los diferentes músculos y vísceras extendiéndose como una tela de araña por todo nuestro cuerpo. Algunas de estas neuronas a nivel espinal tienen un aumento exagerado de su actividad y a esto se le llama facilitación espinal segmentaria.
    • Algunas de las consecuencias sobre la zona que afecta dicho nervio son:
      1. Aumento de tono muscular en el miotoma (conjunto de músculos inervados por un nervio).
      2. Aumento de tensión en los tendones de dichos músculos afectados por ese nervio.
      3. Aumento de sensación dolorosa.
      4. Respuesta inflamatoria local

Dos tipos de inflamación.

  • Aguda: tiene una duración corta y se apreciará rubor o coloración roja, hinchazón y más o menos dolor o calor. Hay una activación de las células del sistema inmunológico tratando de solucionar esta inflamación (neutrófilos) y la consiguiente regeneración tisular.
  • Crónica: dura mucho más que la anterior. Y se produce la activación de las células del sistema inmunológico, no es solo defensiva sino también para eliminar aquellos agentes que están provocando la inflamación (linfocitos y macrófagos). Además se crean vasos sanguíneos y tejido nuevo.

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